miércoles, 17 de junio de 2009

El receptor PTH/PTHrP: implicaciones biológicas

Desde su descubrimiento en el año 1923, la hormona paratiroidea (PTH) era
la única capaz de estimular la resorción ósea, la reabsorción tubular de calcio,
la eliminación renal de fósforo y la síntesis de calcitriol. Sin embargo, en 1987
se identificó el PTHrP (PTH-related peptide), el cual ejerce la mayoría de las funciones
biológicas de la PTH a través del mismo receptor. Ese receptor, PTH/PTHrP
o PTH-R1, fue clonado en el 1992. Las dos moléculas, PTH y PTHrP se ligan a
él con gran afinidad y estimulan un sistema de transducción que implica la activación
de diferentes proteínas G, la fosfolipasa C y la adenilciclasa. Un tercer
miembro de la familia PTH, el TIP-39 (tuberoinfundibular peptide), se liga y activa
otro receptor de la PTH, el PTH-R2. También, hay evidencias de la existencia
de otros receptores de la PTH (PTH-R3, PTH-R4). Las mutaciones activadoras
del PTH-R1 provocan la condrodisplasia metafisaria de tipo Jansen y las mutaciones
inactivadoras son responsables de otra condrodisplasia rara, la enfermedad
de Blomstrand y de ciertas encondromatosis. La expresión del PTH-R1 aumenta
en el riñón y el hueso de ratas deficientes en vitamina D y en respuesta a las endotoxinas,
la interleuquina-2, la dexametasona, la T3 y el TGFβ. Al contrario, la
PTH, el PTHrP, la angiotensina-II, el IGF-1, la PGE2, la vitamina D y la insuficiencia
renal crónica la disminuyen.
En conclusión, las implicaciones biológicas
del clonaje de los receptores de la PTH son innumerables. El hecho que el PTHrP
y el PTH-R1 sean ubicuos y el hecho que hay varios fragmentos circulantes del
PTHrP y de la PTH, supone la existencia de otros receptores específicos de esos
fragmentos y por supuesto que el metabolismo mineral y óseo es mucho más
complejo de lo imaginado.

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